28 Mar 2021
El modelo del discípulo: seguir, servir, subir. Marcos pone de relieve la presencia de las mujeres que siguen y sirven a Jesús desde Galilea hasta Jerusalén (Mc 15, 40-41). Marcos usa tres palabras para definir la relación de las mujeres con Jesús: seguir, servir y subir. Ellas “seguían y le servían” a Jesús y junto con otras mujeres “subieron con Él a Jerusalén”. Son las tres palabras que definen al discípulo o discípula ideal. Son el modelo para los otros discípulos que habían huido.
Pascua es muerte y vida. La procesión de hoy no es solo la entrada a la Eucaristía: es la entrada a toda la Semana Santa. Cada Misa la iniciamos con un «introito», pero el de hoy es especial, recordando la entrada de Jesús cuando llegó a Jerusalén para su semana decisiva. Sus discípulos seguramente pensarían que este era el momento elegido para proclamar rey a su Maestro. Pero Jesús sabe que, aunque parece entrar como Señor y Rey, en realidad, antes tiene que sufrir como el Siervo, y que en vez de un trono le espera la cruz. Las dos dimensiones son importantes para hoy y van íntimamente unidas. Tal vez algunos de los que hoy vienen a «bendecir ramos», no acudan después a las celebraciones del Triduo Pascual. Por eso es bueno que se unan en la celebración de hoy el recuerdo de la muerte, con la lectura de la pasión, y también el adelanto de la resurrección, que aparece en varios textos, y se escenifica de alguna manera en la procesión.
La Pascua son las dos cosas: cruz y vida. El prefacio de hoy dice, por una parte, que “Cristo, siendo inocente, se entregó a la muerte por los pecadores, y aceptó la injusticia de ser contado entre los criminales”, pero a la vez da gracias a Dios porque “de esta forma, al morir, destruyó nuestra culpa y, al resucitar, fuimos justificados”. En la oración pedimos a Dios “que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio y que un día participemos en su resurrección gloriosa”.